En la Jornada de Conectividad y España vaciada organizada por Teruel Existe se plantearon soluciones para desarrollar las telecomunicaciones en el medio rural y se valoraron mejoras en las convocatorias de los planes de extensión.
El campus universitario de Teruel acogió ayer la Jornada “Conectividad y España Vaciada” organizada por Teruel Existe, con la colaboración de la Escuela Universitaria Politécnica turolense, la Fundación Alternativas y el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones de Aragón. El director de la Escuela Universitaria Politécnica turolense, Jesús Gallardo, realizó la apertura del acto, agradeciendo al Movimiento Ciudadano su organización y a los participantes su colaboración, y destacó la importancia de este ámbito en la revitalización y dinamización de la provincia.
La primera mesa redonda, sobre “Soluciones técnicas para la conectividad en la España vaciada”, contó con la participación de varios expertos académicos: Manuel Sierra, Director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Madrid, Javier Mateo, Decano del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones de Aragón, Guillermo Azuara, Profesor de la Escuela Universitaria Politécnica de Teruel, y el Coordinador del grupo de Telecomunicaciones del Movimiento ciudadano Teruel Existe, Jose Ignacio Ardid.
Manuel Sierra participó en la elaboración del informe de la Fundación Alternativas sobre la digitalización de la España despoblada, en el que constataron la existencia de una brecha territorial digital entre el mundo rural y el urbano, no sólo en cuanto a la infraestructura, sino también en lo que se refiere a la capacitación de las personas e incluso a los servicios ofrecidos, en su mayor parte específicos para una realidad urbana, y que la conectividad de 100 Mbps conlleva un impacto económico determinante y transformador. Por su parte, el Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones de Aragón junto al Movimiento ciudadano Teruel Existe realizaron un informe de cobertura móvil en las carreteras de Teruel, entre cuyas conclusiones se destacó que “la conectividad que había era peor de lo esperado y que existen muchas carreteras con puntos negros, donde ninguno de los cuatro operadores estudiados ofrecía cobertura ni siquiera para llamadas de voz”. El estudio evidencia que cuando se habla de conectividad, hay que diferenciar la cobertura en las poblaciones, y la cobertura en el territorio.
Los participantes valoraron la Estrategia España Digital 2025 del Gobierno, que se estableció con la meta de llegar en ese año al cien por cien de la población con una velocidad de 100 megas. Sierra se mostró escéptico con la fecha planteada para su cumplimiento porque conlleva implantar una nueva red de telecomunicaciones, “me conformaría con que hubiera una red con calidad suficiente en 2025 en todo el territorio, simétrica (de subida y bajada), que dé buen servicio y que luego vaya mejorando con el tiempo.” Ardid indicó que “en 2022 estamos al 51,13% de implantación, con prospecciones del 75%, mientras que la llegada del 5G es inmediata, por eso, en este tiempo que falta hasta llegar al cien por cien de la población, la brecha digital está ganando terreno”.
Coincidieron en que sería oportuno introducir un operador neutro para distribuir la fibra y combinar varias tecnologías (fibra, 5G de 700 megahercios, satélite, wimax…) para llegar a los lugares complicados por orografía, como la provincia de Teruel, extensa y con varias sierras. Guillermo Azuara trasladó que con la tecnología satélite se podría llegar pero “hay que tener en cuenta que su implantación es más cara y el producto es distinto, no es comparable con el 5G o la fibra: garantiza entre 50 y 150 megas de velocidad, pero disfrutas de los 150 si estás solo en el pueblo y hace buen tiempo, si no, bajará la velocidad”.
Concluyeron que la brecha tecnológica no va a desaparecer, porque en los núcleos urbanos se avanzará más rápido, pero es “un deber del Estado” llevar el desarrollo de las telecomunicaciones a todos los lugares para dar posibilidades en las zonas de menor densidad de población para que haya industria, para que sea posible teletrabajar, estudiar a distancia o disfrutar de ocio, aspectos que permitirán el asentamiento de la población y la atracción de nuevos pobladores. En la mesa se desgranaron algunas soluciones que requieren la implicación de la administración con una política de asignación del espectro más ambiciosa con apoyo a los operadores locales y con nuevas regulaciones que faciliten su participación, así como más ambición también en los planes de extensión (ÚNICO, PEBA), agilización de plazos administrativos, sinergias entre administraciones autonómicas y estatales para lograr llegar más lejos con sus respectivos planes, mayor sensibilidad con las zonas de menor densidad de población (“en el primer dividendo del Ministerio prevalecen poblaciones superiores a 50.000 habitantes, autovías o aeropuertos de gran capacidad,..”), apoyo al sector empresarial para que puedan aprovechar las telecomunicaciones, políticas de capacitación digital para que la población aprenda a manejar estas tecnologías, etc. En este último tema, desde el Movimiento ciudadano proponen que las Escuelas de adultos y las aulas Mentor, dos herramientas implantadas en el territorio, participen en la formación digital de la población.
Los pequeños operadores del territorio demandan facilidades y apoyo
En la segunda mesa redonda, “Iniciativas empresariales de conectividad en el mundo rural” participaron Fernando Molina, Managing partner de 5G Ventures, Juan Francisco Marco, director de operaciones de Embou, y Daniel Giner, director del Grupo Alternatic, acompañados por Ignacio Ardid. Los agentes explicaron cómo el despliegue comienza en entornos urbanos, para después desarrollar la tecnología en zonas despobladas, que son menos rentables. Los planes como PEBA Y ÚNICO intentan llevar la conectividad avanzada a todas las poblaciones, pero, para Fernando Molina, “son planes ambiciosos pero hay determinados aspectos que no van a cubrir. Ahora mismo la conectividad es un elemento básico para la población como lo fueron en su día otros servicios básicos. Hay que plantearse aproximar la fibra a todas las comarcas, aspirar a que las telecomunicaciones sean lo mejor posible en todas las poblaciones, porque producirá un retorno positivo en la economía y demografía del entorno”.
Giner explicó que, como pequeño operador, ha podido optar “a pocas subvenciones de los planes estatales”, frenado por el papeleo que implica y por el propio planteamiento de los pliegos (“por ejemplo, en la convocatoria de ayudas para cablear polígonos, para optar tenías que cablear unos 20 o 30 polígonos de la provincia”). Reivindicó que en las zonas rurales debe existir un operador neutro, “que construya estaciones de base y después alquilen los servicios a pequeños y grandes operadores para que todos lleguemos al mercado con las mismas condiciones y poder competir”. Denunció que hay operadores que optan a las subvenciones públicas y en unos meses venden las infraestructuras a fondos de inversión (como Movistar, que ha vendido sus torres a American Towers).
Juan Francisco Marco, relató el desarrollo del operador regional aragonés EMBOU, que nació hace casi veinte años como una startup de la Universidad de Zaragoza, con el objetivo de vertebrar el territorio en cuanto a comunicaciones y que en 2014 alcanzó presencia en 30 de las 33 comarcas de Aragón, y actualmente están incorporados al grupo Masmóvil. Demandó que los operadores con presencia en el territorio tengan facilidades para acceder a las ayudas públicas, que se regule o bonifique el servicio de despliegue teniendo en cuenta también la dispersión geográfica y la poca densidad de población, y propuso la creación de infraestructuras susceptibles de alojar redes que los operadores después pudieran desplegar o bien, poder usar redes neutras a precio razonable.
La conectividad incide en el resto de líneas de acción frente a la despoblación.
Para terminar, José Antonio Herce, licenciado y doctor en economía por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en economía por la Universidad de Essex (Reino Unido) explicó que la despoblación es “un descomunal problema de fallo de mercado” en cuanto que el mercado es incapaz de ofrecer bienes y servicios, por lo que el Estado debe intervenir. Aseveró que la mitad del territorio español está “desfuncionalizado”, porque con la pérdida de habitantes en el territorio se pierde también la función de mantenerlo vivo (no hay escuelas, servicios sanitarios, comercios, bares o movilidad, ni se cuidan los paisajes, montes o cultivos). Por tanto, “alguien tiene que intervenir para que las funciones lleguen a los territorios”, al igual que en su día se hizo con la electrificación, el servicio de correos u otros servicios públicos. Explicó que ya hace tiempo que se han identificado los cauces o líneas de acción frente a la despoblación (acceso a los servicios, empleo, vivienda, movilidad, incentivos fiscales y regulatorios) y la conectividad tiene relación directa con todos ellos. Enfatizó que “no basta con tender las líneas, necesitamos capacitación, no sólo de los técnicos, sino también entre los ciudadanos, necesitamos alfabetización digital”.
La jornada terminó con la experiencia personal de Carmen Malo, miembro del Movimiento ciudadano Teruel Existe, que gracias a las tecnologías de conectividad ha establecido su lugar de trabajo y de vida en la población de Monreal del Campo. Como diseñadora de interiores para un estudio de arquitectura de ámbito global, trabajó 7 años en Dublín y después recaló en Madrid, donde el confinamiento de la pandemia la motivó para marcharse a una población de la Comarca del Jiloca. Explicó que el requisito principal fue cerciorarse de que tenía buena conexión a internet para poder ejecutar su trabajo con garantías, con posibilidades de desarrollar videoconferencias y realizar transferencias de archivos pesados. A día de hoy sigue trabajando en remoto y recomienda a todos aquellos que quieran hacerlo que luchen por ello. También pidió involucración de empresas e instituciones para facilitar el teletrabajo, “para que la gente pueda elegir dónde vivir y que no se ate a un lugar solo por trabajo”. Es más, indicó que durante la pandemia de la Covid 19 su empresa realizó encuestas en 9 países a 3000 trabajadores y casi otros tantos empresarios, y constataron que el teletrabajo es una opción en alza.