Rechazan los recortes de trenes, y continúan reclamando más y mejores servicios y el Corredor Cantábrico-Mediterráneo. “Teruel espera un tren que se desmantela”
El uno de julio se cumplieron 120 años de la llegada del primer tren de viajeros a Teruel y conmemorando el acontecimiento, este sábado los turolenses se manifestaron ayer para exigir que se mantengan los servicios en la línea Zaragoza – Teruel – Valencia y que se impulse el Corredor Cantábrico-Mediterráneo con doble vía para uso mixto de pasajeros y mercancías.
En Teruel la propuesta del Ministerio de Fomento y el Gobierno de Aragón de sustituir algunos servicios por taxis y autobuses a demanda ha sido la gota que ha colmado el vaso en la eliminación de trenes. Se trata de servicios que habían sido suprimidos por la pandemia del COVID y que todavía no se han repuesto, como el tren entre Teruel y Valencia que permitía desplazarse por la mañana y volver por la tarde, y cuya efectividad se había visto reducida previamente cuando se decidió restringirlo sólo a días alternos. Además la línea Zaragoza – Teruel – Valencia – Cartagena, un media distancia de frecuencia diaria que permitía realizar un transbordo para desplazarse hasta Logroño y Bilbao, en el que Renfe ha recuperado todos sus tramos menos entre Zaragoza y Valencia, y las plataformas convocantes temen por su continuidad.
Convocados por Teruel Existe, la Plataforma en Defensa del Ferrocarril y la Federación de Asociaciones Vecinales y Culturales, la concentración tuvo lugar en dos escenarios y contó con una representación de recreacionistas del principios del siglo XX cuya presencia evocaba el citado aniversario.
En Caminreal, un centenar de personas participaron en la concentración. La antigua estación proyectada por Luis Gutiérrez Soto está siendo rehabilitada para albergar una de las sedes del museo del ferrocarril de Aragón. Con los andamios de fondo, los ciudadanos del Jiloca portaban carteles con frases donde podía leerse «Renfe y Gobierno de Aragón expulsan a los turolenses del tren» y «en el Año Europeo del Ferrocarril, ¿Teruel ya no es Europa?» Un par de esqueletos representaban a los viajeros que llevan más de un siglo esperando, cansados de aguardar reformas y mejoras, hartos de promesas incumplidas, de la constante reducción de servicios de estudios que caducan y de proyectos que no llegan. Los personajes modernistas portaban sus billetes de primera clase por 15 ptas y en sus maletas colgaban carteles que denunciaban que “seguimos esperando”, «120 años para acabar viajando en taxi».
La lectura del primer manifiesto de esta jornada reivindicativa corrió a cargo del profesor y vecino de Caminreal Gonzalo Montón, quien se congratuló por las obras de adecuación de la estación de esta localidad para albergar la sede del Museo del Ferrocarril, pero quiso dejar constancia del contundente rechazo al convenio anunciado esta semana para sustituir los viajes en tren por taxis y autobuses, que “supondrá el cierre de la línea para el transporte de viajeros”, pidiendo a las administraciones competentes que reconsideren la decisión.
A continuación el tren entraba en la estación y una comitiva de unas treinta personas, encabezadas por los recreacionistas, tomaban asiento ante la sorpresa del resto de viajeros. Una hora después llegaba a la estación de Teruel, donde esperaban más de trescientas personas, que recibieron sus respectivos billetes conmemorativos. En el andén estaban acompañados por otro simbólico esqueleto que “esperaba el tren directo Teruel – Madrid”, y recibieron a los viajeros al grito de “¡queremos ir en tren!”.
El historiador Serafín Aldecoa leyó el manifiesto en la puerta de la estación de Teruel, bajo un sol sofocante que obligó a los presentes a dispersarse en busca de sombra. Aldecoa detalló cómo se desarrolló hace 120 años el evento de la primera llegada de un tren de viajeros a Teruel, todo un acontecimiento según relatan las crónicas del momento. Sobre la historia de esta línea, relató que hubo décadas en las que el tren tuvo mucha vida, “especialmente en la década de los 30 y más aún con la apertura del Caminreal – Zaragoza” aunque fechó la edad de oro de este ferrocarril en las décadas de los 50 y 60, cuando se sustituyeron las viejas máquinas de carbón por las de diésel y llegaron convoyes como el Chispa, el Correo, el Automotor, o el Ter. El historiador apuntó a diversos factores que, a partir de los 70, propiciaron el declive de la línea, pero reseñó dos de ellos: “el abandono de los sucesivos gobiernos del franquismo y la época democrática, que no invirtieron en mantenimiento y modernización de la línea” y “el apoyo decidido al transporte por medio de camiones por la carretera, olvidando el tren como medio de transporte para personas y mercancías”. Aldecoa explicó que esto supuso el cierre del tramo Calatayud – Caminreal en 1985. Consideró que “la situación desde entonces ha ido a peor, con una línea de las más lentas de España, con una velocidad inadmisible para estos tiempos, con precios exorbitantes, horarios desajustados, convoyes antiguos continuamente averiados, taquillas y estaciones cerradas, falta de maquinistas… y un agravio comparativo decisivo en cuanto a inversión, cuando en el AVE se gastan miles de millones de euros y se ha provocado que existan ciudades de dos velocidades en España, las que tienen trenes de primera y las que se quedan con los de segunda”.
La última propuesta de oferta de servicios por parte de las administraciones central y autonómica, que supone sustituir el servicio de tren por viajes en taxi y autobús, fue calificada por Aldecoa como una “sinrazón” y un “esperpento”. “¿Cómo quiere Adif que cojamos el tren? ¿Cómo quieren las administraciones que haya demanda?” Y añadió que se hacía eco de la sensación de los presentes al afirmar que “cada vez empeoran las condiciones de la línea para espantar a los turolenses de su uso, y tener argumentos para cerrarla definitivamente, que es lo que realmente quieren”.
Recordó Aldecoa que los turolenses llevan más de 20 años peleando por “un tren digno”, sobre todo para las personas porque “las mercancías, que es lo que interesa sobre todo, sí que van a ser transportadas por aquí, pero las personas no”. Invitó a los presentes a “no reblar”, ante la “agonía en la que entra la línea, en estado comatoso”.
Terminó detallando las demandas de los convocantes a las administraciones: agilizar al máximo el acondicionamiento para la finalización del plan director de la vía Zaragoza – Teruel – Sagunto, reponer los servicios suspendidos por la pandemia, re-establecer el trayecto Teruel – Valencia que era diario frente al de días alternativos, reducir el tiempo del recorrido del trayecto actual entre Valencia y Zaragoza pasando por Teruel (inferior al del viaje en automóvil), aprobar el estudio informativo del tramo Zaragoza – Teruel del Corredor de alta capacidad Cantábrico – Mediterráneo y sacar a licitación los proyectos de ejecución de obra de los nuevos tramos comprendidos entre Caminreal – Ferreruela de Huerva y Villarreal de Huerva y Cariñena, establecer recorridos de larga distancia con trenes duales (eléctricos y diésel) en el trayecto Bilbao a Valencia por Teruel hasta Cartagena, y como novedad, “rechazar una nueva modalidad de transporte a demanda a la carta y digitalizada que nos quieren imponer y que consiste en sustituir los servicios de ferrocarril por el servicio de autobús y taxi, un paso más para el desmantelamiento del tren para pasajeros”.
La Plataforma en Defensa del Ferrocarril, la Asociación de Vecinos y Teruel Existe se manifestaron satisfechos por la participación en esta concentración, valorando la asistencia como “muy positiva” y agradeciendo a los turolenses su asistencia en el Caminreal y en la capital.
Manolo Gimeno, del Movimiento ciudadano Teruel Existe, explicó que el acto contó con una parte de conmemoración del aniversario, por lo que ha significado el ferrocarril en Teruel y con otra reivindicativa, para dejar claro que no están de acuerdo con la propuesta planteada por Ministerio de Transportes y Gobierno de Aragón. Recordó que al no tener Teruel ferrocarril con Madrid había un servicio de Renfe en autobús, y al final ha desapareció, “son soluciones que se buscan para disuadir y al final desaparecer”. Gimeno asegura que “aquí hay una idea clara que es expulsar a los viajeros, porque se priorizan las mercancías, y ambos son difícilmente compatibles en una línea de vía única”, y resaltó “no queremos AVE, queremos trenes dignos, que nos lleven en un tiempo prudencial y que se puedan utilizar como un servicio social”.
Francisco Gómez, de la Plataforma en Defensa del Ferrocarril, lamentó que parece que “aquí no celebramos el año del ferrocarril sino que echamos a los vecinos a la carretera, inclumpliendo las directrices europeas en el Año del Ferrocarril” y aseguró que el acuerdo entre administraciones “es inadmisible”. “Queremos una vía doble electrificada, polivalente: mercancías y pasajeros”, zanjó.