Uno de julio de 1901.
Un corresponsal del diario valenciano Las Provincias tomaba nota de todo lo que acontecía en la estación de Teruel en un día histórico. Por primera vez se aproximaba a la ciudad un tren de pasajeros. Era la última capital de provincia del país en recibirlo.
El Gobernador Civil de Teruel había recibido la orden oficial para la apertura de la línea y el representante de la empresa del ferrocarril Central de Aragón, “Sr. Muñiz”, contaba con el telegrama de Obras Públicas que autorizaba la apertura del vial al servicio público. Los representantes de las compañías ferroviarias del Norte y Mediodía, invitados por el Central, recorrieron previamente el trayecto entre Sagunto y Calatayud, 269 kilómetros y 100 metros, y aseguraron que la obra estaba “acabadísima”. Y desde Torrente, la Banda Municipal ponía rumbo a Teruel para amenizar los festejos por tan extraordinaria inauguración.
Se habían empeñado los turolenses en que la inauguración se llevara a cabo en la llegada del tren origen Calatayud y destino Sagunto, pese a que el programa oficial lo había anunciado en sentido contrario. Sostenían que siendo el primer tren de viajeros que llegaba a la estación de Teruel, debía serlo “el que nace en tierra aragonesa”. “La Cenicienta -decía la noche antes en el Círculo Turolense uno de los que no pueden estar ocho días lejos de los Arcos- tiene que salir mañana a la estación a saludar al tren que nos trae el saludo de nuestra hermana Calatayud”. Al parecer, la cabezonería maña terminaría por imponerse.
Aquel lunes, la ciudad madrugaba para recibir al ferrocarril procedente de Calatayud y con destino a Sagunto. Según cuenta este corresponsal “millares de almas” esperaban “en los andenes, la carretera o el balcón de piedra del Paseo del Óvalo” y en fondas y posadas de la capital se notaba “la afluencia de forasteros de los pueblos inmediatos”. Un “cohete volador” anunció a las 6.57 que el tren pasaba por Cella y la Banda de Música de la Beneficencia, ubicada frente al restaurante de la estación, afinaba sus instrumentos.
A partir de aquel momento, los presentes no perdieron de vista la ermita de la Virgen del Carmen, puesto que en su horizonte asomaría el tren…
A las 7.31 se vislumbró “una espesa nube de humo, que daba al cuadro el aspecto de un volcán”. “¡Ya está ahí el tren!” Y segundos después el ferrocarril realizó su histórica primera parada en Teruel, “bajo los acordes de la Marcha Real, los vivas ensordecedores a Teruel y Aragón y el continuado disparo de cohetes y bombas”.
Cuenta el reportero que el “entusiasmo fue indescriptible”. La ciudad se sumió en una celebración que se prolongó hasta el día siguiente, 2 de julio de 1901, con actos de todo tipo: proyecciones de cinematógrafo, novillada, música en directo, vuelo de aerostatos, gigantes y dulzaineros, serenata y concierto del sexteto Goñi.
La mañana siguiente a la inauguración, el tren procedente de Calatayud llegó con dos horas de retraso…
Y así cuentan que comenzó la historia de Teruel y el tren. El tren que vertebra una parte de nuestra provincia y nos conecta con el resto del mundo. El tren que ha permitido los abrazos y alegrías en esperados encuentros; el que ha asistido a la lágrima de la despedida y al cabreo de las averías.
Ciento veinte años después de aquel extraordinario día, largo es el libro de notas de retrasos acumulados, siendo el primero el del dos de julio de 1901. Larga y dolorosa es la historia de las múltiples afrentas con que las administraciones gestoras sacuden su trayectoria, sin inversiones de futuro, ni propuestas de presente. Pero es tozudo el turolense, y si un siglo atrás organizó la inauguración con el tren que quiso, este sábado saldrá a la calle a defender su tren una vez más, al tiempo que recrean ese día de 1901.
Desde hace años en la línea Zaragoza – Teruel – Valencia solo se prioriza el transporte mercancías, todas las obras de mantenimiento que no realizaron durante décadas son las que se ejecutan estos años y solo pensando en las mercancías, por eso no mejoran nada los tiempos de viaje. Desde el año 2013 todos los cambios de horarios y reducción de servicios en los trenes de pasajeros son evidentemente para expulsar a los usuarios, consiguiendo que cada vez viajan menos ciudadanos por tren.
Actualmente con la no recuperación de servicios que cancelaron con la pandemia y con el último invento del acuerdo para cambiar trenes por autobuses y taxis, siguen avanzando en el objetivo de expulsar los trenes de pasajeros de la línea ferroviaria.
A los turolenses una vez más nos toca defender el tren, este sábado en las estaciones de Caminreal (9:30 h) y Teruel (10:30 h) serán los escenarios. ¿Te vienes? NO PIERDAS TU TREN.
Domingo Aula, portavoz de Teruel Existe
Fotografía de Francisco Garzarán