Desde Teruel Existe queremos que quien todavía es nuestro obispo, se lleve con él la sincera manifestación de afecto del Movimiento Ciudadano y la Agrupación política que lo representa.
Hay obispos a quienes cuesta despedir cuando se han convertido ya, por el respeto ganado gracias a su impecable labor, en compañeros y, en muchos casos, referentes de acción, seguros de su buen tino e inteligencia natural para “desfaçer entuertos”. Cuando D. Antonio Gómez Cantero llegó a Teruel hace cuatro años, algunas personas sabíamos de su personalidad y hacer en la sede de Palencia que lo despidió, como ahora nosotros, con la tristeza de ver marchar a un amigo querido, a una persona conocedora y preocupada ante la problemática situación de estos trozos de la España interior y del Norte, la España vaciada que por nacimiento y ejercicio apostólico le son connaturales. Por eso continúan refiriéndose a usted como “don Antonio, el obispo de Palencia” y mucha gente joven bien le recuerda.
No obstante desde el primer momento, aquí en Teruel quiso dejar sentado que “nos pertenecía en cuerpo y alma” e hizo suyos también los problemas y la realidad social que esta provincia padece con la sencillez, proximidad, firmeza, discreción y sabiduría de quien ama la Cultura en toda su extensión como la mejor obra del ser humano y en ella se respalda y de ella toma referentes para su reflexión diaria y hacer cotidiano.
Queremos agradecerle su compromiso con la población de este territorio en todo momento, su cristianismo social, siempre al lado de la equidad, el bien común, los derechos humanos y el equilibrio territorial que pretende una sociedad futura más justa y sostenible. Tal vez por eso, precisamente aquí nos dejó el estreno de su obra “Quieren borrar mi nombre” como una llamada de reflexión a la igualdad y la introspección que debería conducirnos individual, territorial y colectivamente a la autocrítica constructiva y el diálogo sincero, al conocimiento y respetuoso reconocimiento del “otro” sea quien sea, sin vencedores ni vencidos.
Así que, como los buenos maestros, seguramente sin intención de hacerlo, con su diario ir y venir por estas tierras, con sus cartas pastorales dejando un fino rastro de carácter, nos ha dado muchas lecciones, D. Antonio. Querríamos felicitarle si su viaje fuera de ida y vuelta, pero ya ve, no somos tan buenos alumnos y aun sabiendo que en cualquier lugar las personas nos necesitamos… tiramos para casa.
En resumidas cuentas, Gracias –con mayúscula- por su labor, su presencia y su compañía solidaria en Teruel estos cuatro años. Ahora los almerienses tienen suerte.
A usted, D. Antonio, le deseamos de todo corazón que su estancia en Almería sea feliz y, en medio de todos los problemas que rodean también ese trozo de tierra, pueda disfrutar de una ciudad hermosa donde a juicio de Lussnig “el sol pasa el invierno” y el arqueólogo Siret llamaba “museo a cielo abierto” a principios del siglo XX.
Recuerde que aquí tendrá siempre un lugar cuando usted quiera, para lo que quiera. Un respetuoso abrazo.
Movimiento ciudadano Teruel Existe
Recordando algunas cartas D. Antonio Gómez Cantero: