El Grupo Municipal en el Ayuntamiento de Teruel propone el nombre de dos médicos turolenses ilustres, pero abre el debate al conjunto de los turolenses
Anuncia que llevará al Pleno del ayuntamiento la propuesta de abrir un proceso participativo para elegir el nombre del hospital
El grupo municipal de Teruel Existe en el Ayuntamiento de Teruel propone realizar un proceso participativo con la ciudadanía para elegir el nombre del nuevo hospital de Teruel. La iniciativa surge tras el anuncio de que el nuevo centro sanitario turolense mantendrá el nombre de Obispo Polanco, realizado por el consejero de Sanidad, José Luis Bancalero. Teruel Existe recoge así el testigo del debate generado en la ciudad en torno a esta decisión y propone abrir esa decisión al conjunto de los turolenses.
El portavoz del grupo municipal, Enrique Marín, entiende la controversia que ha surgido en la ciudad tras el anuncio del Gobierno de mantener el nombre Obispo Polanco y destaca que la decisión merece un debate ciudadano. “Teruel tiene profesionales sanitarios estupendos que han sido embajadores de su ciudad, y de su provincia, y que han recibido importantes reconocimientos nacionales e internacionales”, sostiene.
Joaquín Sanz Gadea y Jerónimo Soriano, médicos ilustres turolenses
Marín, que además de concejal es médico de profesión, apuesta por dos nombres de turolenses ilustres: uno, el de Jerónimo Soriano, al que califica de “precursor de la pediatría moderna”. Soriano fue un médico nacido en Teruel hacia 1560, que ejerció en la ciudad y que escribió el primer tratado de Pediatría en lengua española: ‘Methodo y orden de curar las enfermedades de los niños’, publicado en Zaragoza en el año 1600. A sus expensas fundó en Teruel el primer hospital del que se tiene noticia en España, dedicado a asistir a los niños enfermos. Su valor fue el de entender en aquella época que los niños precisaban de un tratamiento y un entorno diferentes a los de los adultos.
El otro nombre es el Joaquín Sanz Gadea, también nacido en Teruel el 30 de junio de 1930, y fallecido en 2019, médico especialista en ginecología y obstetricia, así como en cirugía general. Este turolense ha sido propuesto en varias ocasiones al Premio Nobel de la Paz y ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias (1998) de la Concordia junto con Nicolás Castellanos, Vicente Ferrer i Moncho y Muhammad Yunus. También le ha sido concedida la Gran Cruz de la Beneficencia (1965), Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad (1971), Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil (1992).
En 1993 el Gobierno de Aragón le otorgó la Medalla a los Valores Humanos. El Ayuntamiento de Teruel le impuso en 1998 la Medalla de Oro de la ciudad. En 1999 fue nombrado Colegiado de Honor por el Consejo General de Colegios de Médicos de España. Su tarea como médico en Africa, comprometido con los más desfavorecidos, ha sido reconocido de manera unánime por la comunidad internacional. “Cualquiera de ellos sería un claro merecedor de dar nombre al nuevo hospital de Teruel”, concluye Marín.