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Las campanas de Teruel suenan por la España vaciada


Forma parte de las actividades con las que este 31 de marzo se conmemora el sexto aniversario de la Revuelta que congregó a más de cien mil personas en Madrid en defensa del mundo rural

Hoy lunes día 31 de marzo a las 13 horas, las campanas de las iglesias de numerosas muchas localidades de la provincia de Teruel han sonado al unísono con otros territorios de la España vaciada recordándonos que la despoblación continúa siendo una realidad y que debemos seguir trabajando con el fin de revertir esta situación. Para la preparación de este acto se ha contado, además, con la colaboración de la Conferencia Episcopal que ha transmitido la solicitud hecha por la organización a los diferentes obispados.


Esta es la última actividad de las convocadas por el Movimiento ciudadano Teruel Existe, como integrante de la Revuelta de la España vaciada, que se han realizado a lo largo del fin de semana para conmemorar el sexto aniversario de la manifestación que congregó a más de cien mil personas el 31 de marzo de 2019 en Madrid, clamando por la justicia territorial y denunciando el abandono del mundo rural. El domingo día 30 en las plazas de algunas localidades ya hubo concentraciones para leer el manifiesto de este año, bajo el lema: ¡No queremos promesas, queremos hechos!


Los territorios rurales no son un problema, sino una oportunidad para construir una sociedad más sostenible. Nuestros pueblos mantienen el valor de lo comunitario, ofrecen calidad de vida, riqueza natural y un modelo alternativo frente al individualismo y la crisis global. Sin embargo, enfrentamos nuevas amenazas que ponen en riesgo nuestro futuro: la especulación con los recursos naturales, la
proliferación de megaplantas energéticas sin beneficios locales, el agotamiento de los acuíferos, las
macrogranjas y la explotación minera intensiva.


Por ello, este 31 de marzo, exigimos:

  • Que las instituciones eleven a Europa la petición para declarar el Día Europeo de Lucha
    contra la Despoblación.
  • Un Pacto de Estado que garantice la protección de los servicios básicos, la inversión en
    desarrollo rural y la defensa de nuestros territorios.
  • Políticas fiscales y legislativas que favorezcan la vida en el mundo rural y lo conviertan en un
    lugar atractivo para vivir y emprender.